miércoles, 6 de abril de 2011

¿Comer o no comer? Esa es la Cuestión

  ¿Comer o no comer? Esa es la Cuestión
 
Estar delgado, no significa estar sano.
El objetivo de alimentarse bien y estar en peso es mejorar el estado de salud -físico y psíquico- y prevenir la aparición de enfermedades metabólicas como el aumento de colesterol, la obesidad y la diabetes. También, disminuir las medidas corporales y el sobrepeso, si existiesen. La meta es mantener los resultados a través del tiempo.
La alimentación diaria debe contener los tres macronutrientes esenciales: proteínas, hidratos de carbono -azúcares- y grasas, acompañados de una buena proporción de aminoácidos esenciales -aquellos que no puede sintetizar el propio organismo-, minerales, vitaminas y agua.
El organismo necesita energía para conservar sus procesos normales y cubrir las demandas originadas por las actividades y el crecimiento. Por lo tanto, los requerimientos energéticos variarán según el tamaño de una persona, el sexo, la edad, el metabolismo basal -consumo de energía mínimo en reposo-, de las diferentes actividades y de la temperatura ambiental. Esas fuentes de energía son las proteínas, los hidratos de carbono y las grasas.

Aprender a comer
No hay dudas de que comer es un placer. Pero es necesario aprender a comer, crear hábitos alimentarios. Toda conducta que se sostiene en el tiempo se transforma en un hábito.

Cuidar las porciones. Para una persona sin sobrepeso, una buena alimentación deberá ser fraccionada, como mínimo en las cuatro comidas diarias -desayuno, almuerzo, merienda y cena-. La dieta, primeramente, deberá adaptarse a las condiciones biológicas de cada persona, siempre será completa, predominando la calidad sobre la cantidad. Según los nutricionistas, no es conveniente pesar o medir los alimentos. El adecuado balance logra las metas.
Este balance se realiza alternando en comidas consecutivas los alimentos ricos en proteínas, hidratos de carbono, con muchas frutas y verduras, y pocas grasas. Todas las proteínas deberán acompañarse siempre de hidratos de carbono complejos -con predominio de fibras-. Así, un bife puede acompañarse con una ensalada de zanahorias, tomates y cuanta variedad vegetal se desee. Si bien la porción de la carne será moderada, la ingesta de verduras, ya sea cruda o cocida puede ser abundante.

Enamorarse del agua. Otro hábito importante es beber abundante agua. El valor del agua en contraste con otras bebidas como gaseosas, jugos o infusiones. El agua es aquel líquido sin color, sin olor, sin sabor y sin burbujas, que puede proceder de distintas fuentes, según el ámbito geográfico y socio-cultural. Agua mineral o mineralizada, potable de red, hervida o sin hervir pero con el agregado de dos gotas de lavandina por litro.
“El hábito de tomar agua debe responder a una cantidad y técnica específica. En cuanto a la cantidad, será suficiente como para que la primera orina emitida durante la mañana sea bien clara”, explica la doctora Marchese. “Cuanto más agua, más clara y cuanto más clara mejor”.
Adiós al salero. Es recomendable disminuir el agregado de sal durante la preparación de las comidas, dado que, con una dieta balanceada, los mismos nutrientes ya aportan sodio. Sí se pueden utilizar productos similares a la sal, pero sin sodio. Otra alternativa para hacer más apetitosa la comida es el uso de condimentos especiales para carnes blancas, rojas, pescados o vegetales.

Relájate, comes demasiado rápido. La mayoría de las personas come demasiado rápido, y como resultado, consumen bastantes calorías antes de darse cuenta que han comido suficiente. A tu cerebro le toma aproximadamente 20 minutos desde que empiezas a comer recibir la señal de satisfacción. El comer calmadamente permite bastante tiempo para que esa señal llegue a tu cerebro. El sentirte satisfecho por consiguiente te hará comer menos.

Un espacio perfecto para comenzar es con el postre. Seamos honestos, quien esta todavía hambriento al momento del postre? Pero nuestro innato deseo por los dulces hace que el postre sea muy tentativo.
Descubrirás que fácil es comer lento si comes regularmente, es decir, nunca dejes pasar más de 4 horas entre las comidas. Cuando estés muy ocupado debes tomas descansos en tu día, toma 15 minutos para relajarte, recárgate y llénate de energías, y cuando este desestresado intenta comer algo.
Aun no puedes bajar el ritmo? Entonces intenta otros trucos para ayudarte a reconocer tu estomago lleno: Aléjate de la mesa, deja un segundo para pensar y bebe un gran vaso de agua.

Ansia por la comida y trastornos alimentarios
El término “ansia por la comida” es más apropiado que el de “adicción a la comida”. Puede definirse como un “intenso deseo de consumir un alimento o tipo de alimento en particular, y al que resulta difícil resistirse”, y que ocurre con bastante frecuencia. Casi todos los hombres y mujeres han experimentado algún “antojo” de comida en algún momento de su vida. El más típico es el de consumir chocolate (40% de las mujeres) o, más generalmente, alimentos ricos en grasa y/o azúcar o en carbohidratos.

Hay varias teorías que explican la relación existente entre el ansia por la comida y los trastornos alimentarios. Dependiendo del autor, se enfatiza la homeostasis fisiológica, los mecanismos de aprendizaje implicados en los aspectos sensoriales de la comida u otros principios psicológicos relacionados con las emociones. Por ejemplo, se ha sugerido que las personas consumen carbohidratos para mejorar su estado de ánimo debido al aumento de la serotonina en el cerebro (una sustancia que tiene un papel importante en la regulación del estado de ánimo y del apetito). De forma similar, se ha sugerido que las sustancias psicoactivas presentes en el chocolate son las que causan el “antojo”, aunque las investigaciones realizadas muestran que el determinante más importante del deseo de chocolate son sus propiedades sensoriales.

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